En el Instituto Nacional del Cáncer llegan pacientes con cáncer de todo el país,   pagan pasaje y altos costos de medicamentos. Muchos   no siguen el tratamiento porque no tienen recursos.  

Agitada por el esfuerzo de moverse por el largo pasillo del Instituto Nacional del Cáncer (Incán), Virginia Bóveda se sentó en uno de los bancos que estaban en el lugar. La mañana avanzaba con el sofocante calor.

Para Virginia, la alta temperatura no fue precisamente la causa de su cansancio. Sus pulmones están afectados. Ello se debe a la metástasis del cáncer de cerviz que padece desde hace seis años.

“Son seis años de lucha y sacrificio”, describe la paciente que llegó desde la ciudad de Concepción para realizarse la quimioterapia.

El trayecto lo repite cada dos semanas. Desde la ciudad del Norte llega en transporte público hasta Luque, para luego trasladarse a la sede del Incán (Areguá), con vehículos de plataformas digitales.

“Un sacrificio es venir hasta acá. Son casi 8 horas de camino desde Concepción. Me es muy difícil pero con sacrificio llego”, describió.

A Virginia le tocó una de cal y otra de arena. Logró acceder al bevacizumab, uno de los medicamentos para su tratamiento. Sin embargo, no había gentamicina, que es necesaria para la quimioterapia.

“Me dijeron que tengo que comprar. Ese es el problema, ya no puedo más. El pasaje es carísimo de allá hasta acá, en ida y vuelta. Yo tengo que andar en Bolt. En mi casa tengo solo dos personas que nos sustentan”, reveló.

El gasto aproximado que la paciente oncológica debe hacer cada 15 días ronda el millón de guaraníes.

Ello teniendo en cuenta que solo el pasaje asciende a G. 240.000. A ello se suma la compra de la gentamicina. Para la quimio invierte alrededor de G. 300.000.

También se suman otros gastos como el del volutron y la vía para realizar el tratamiento quimioterapéutico.

La suma se completa con lo que debe invertir en movilidad y otros gastos que genera el traslado hasta el Incán cada 15 días.

“Tengo que volver otra vez mañana si consigo el medicamento. Cuando vengo, me quedo entre dos a tres días y así suman los gastos. Hay muchos pacientes que no vienen por eso”, describe.

Hasta antes de padecer la enfermedad, Virginia trabajaba como empleada doméstica. Ahora es imposible, más aún con las complicaciones que le aparecieron.

Como paciente oncológica del Norte del país, pide que el Hospital Regional de Concepción pueda tener el servicio de atención para ellos.

“Que se abra un hospital día para nosotros. En Pedro Juan hay, pero en Concepción, no. Dicen que van a hacer ahora. Ojalá se cumpla”, expresó con anhelo.

Me dijeron que tengo que comprar el remedio. Ese es el problema, ya no puedo más. El pasaje es carísimo de allá hasta acá. Virginia Bóveda, paciente.

13 millones de dólares es el monto que se recortó del presupuesto para los pacientes oncológicos en el 2023.

218.000 millones es el monto que darán este año a compra de medicamentos. Hay promesa de devolución.

Empezó la reposición de lo faltante

Desde la mañana de ayer, el Instituto Nacional del Cáncer (Incán) comenzó a recibir los ítems de medicamentos que estaban en falta. Durante la siguiente semanas se irá cumpliendo con lo restante, indicaron.

Los primeros que llegaron fueron el trastuzumab y el docetaxel, detalló el doctor Julio Rolón, director del Incán. En el transcurso del día tenían que llegar el irinotecan y el fulvestran, contó.

“Después van a ir llegando los 18 medicamentos que forman parte de la lista de los 22 que compramos”, adelantó Rolón.

Los medicamentos que fueron llegando forman parte de la lista de los 54 con los que cuenta el Incán, explicó. Según dijo, cuando se tiene una reducción del 30 al 40% se activa el mecanismo de compra.

Según indicó, se llegó a stock cero porque cuando se realizó el llamado también se hizo otro para contingencia. “Pero calculamos para dos meses y en un mes se terminó. Esto pasó porque empiezan a llegar pacientes de otros sectores, públicos y privados”, reveló.

Entre la población que va a buscar los servicios del Incán se encuentran pacientes de IPS.

Con la falta de fármacos oncológicos en la previsional, también se dio el aumento de la demanda en el Incán.

“El aumento de consumo fue la principal causa del stock cero en algunos medicamentos. A ello se suman también los tiempos burocráticos”.

Estaba previsto que el llamado de contingencia tenga una duración de 30 a 45 días. Sin embargo, con observaciones, consultas y protestas, se extendió más tiempo.

“Uno planifica para el lapso máximo, pero esos se superan todos con las protestas”, señaló el director.

Equipos. No solamente la falta de fármacos ha sido el problema. También hay equipos que están sin operar en el centro asistencial.

Actualmente uno de los dos tomógrafos no funciona. Lo mismo ocurre con uno de los mamógrafos nuevos.

Según comentó el responsable del Incán, la semana que viene se estarán colocando los repuestos a ambos equipos. Se espera que ya estén en funcionamiento en ese lapso.

Adelantó que este año hay proyectos de inversión en infraestructura y compra de equipos.

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