La polución sonora es un problema que se replica en todos los barrios de la capital del Alto Paraná, remarcó el empresario Felipe Faraone, integrante de la comisión de vecinos del barrio Boquerón, que instaló este tema y abrió el debate en la ciudad sobre la problemática, desde del seno de la Junta Municipal. Acotó que se trata de un tema “argel” y que no muchos quieren involucrarse, pero que no quiere sufrir el inconveniente que se genera.

El empresario comentó que se trata de un conflicto que se replica en todo el país por la falta de conciencia de quienes lo provocan. “Falta conciencia total con este tema y es a nivel país. En Ciudad del Este, en todos los barrios, tienen este inconveniente, y somos muy tolerantes. Esto, en el lenguaje nuestro, es un tema argel, así como suena, nadie se quiere meter, pero nadie quiere sufrir esta situación, es algo muy desagradable”.

Recordó que por este tema esta semana se volvieron a reunir en la Junta Municipal. Se busca y pide la conciencia sobre esta problemática a la ciudadanía toda. “Existen derechos, ordenanzas y leyes que normalizan la densidad acústica, los niveles acústicos, de manera a que los ciudadanos puedan tener una convivencia digna y eso parece que no se sabe”.

Dijo que recurrieron a un efectivo de la Policía Nacional, un técnico que facilitó toda la información sobre las problemas que pueden ocasionar los sonidos fuera de los niveles permitidos, que sirve de argumento para la propuesta que defienden ante la legislatura, como comisión de vecinos que están detrás del cumplimiento de las ordenanzas vigentes en el municipio.

AJUSTADO

Para el empresario, la ordenanza referente a este tema estaba bien ajustada y su correcta aplicación pasa exclusivamente por la Comuna. “Hay 5 a 6 locales alrededor del lago y mucho más en todos los barrios”, comentó, al señalar que la última reunión en la Junta Municipal, además de ellos, estuvieron representantes del barrio San Rafael, Don Bosco y Obrero, sumándose a la causa.

“Esta es una causa ciudadana. Los concejales van a revisar, hay una ordenanza que salió el año pasado, la 050/2021, donde ellos elevaron los decibeles de manera a que la zona gastronómica puedan tener un poco más de libertad, basado en una tabla, que está en discusión, que ellos tomaron de Encarnación”, agregó.

Mencionó que el caso de Encarnación, tiene una costanera y áreas bien delimitadas que no es el caso del barrio Boquerón, que es residencial de origen. “Eso no implica que nosotros los ciudadanos, la comisión de vecinos, estén en contra del avance del comercio, pero se debe respetar una convivencia acorde a los tiempos a las normativas a nivel internacional”.

#LACLAVE