Los productores piden una política estatal para un mejor desempeño en las fincas. RIESGO. La provisión de frutas y verduras para este año está bajo amenaza por la falta de lluvias.

Los horticultores que arrastran los efectos de las heladas, granizadas y el contrabando del 2021 ahora encuentran obstáculos para empezar el ciclo del tomate y locote debido a la sequía y el extremo calor. Reclaman la adopción de una política nacional que incluya un plan de cultivo, provisión de infraestructura e insumos para producir durante todo el año.

La siembra de tomate se está atrasando por la ausencia de lluvias; si las precipitaciones se observan en los próximos días, la producción podría normalizarse en marzo, estimó el productor Cirilo Acuña, de La Colmena, Departamento de Paraguarí.

Desde Central, que de a poco va perdiendo su participación en la provisión de hortalizas, Arnaldo Ayala, de la Federación Nacional Campesina (FNC), alertó sobre la suba de precios y la mayor dependencia hacia la importación ante la merma de la producción nacional como consecuencia no solo de la sequía, sino de la falta de política de Estado que proteja la agricultura familiar.

Este riesgo se refleja en los datos estadísticos del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas, que reportó un aumento de más de 60% en la importación de las principales hortalizas.

En Caaguazú, donde se concentra la mayor superficie hortícola, la situación es igual. “Se está muriendo todo lo que había”, lamentó Máximo González, coordinador del Consejo Nacional de Productores Frutihortícolas.

Describió la situación actual de los horticultores como una crisis generalizada por factores climáticos adversos y una ausencia de respuesta estatal. Mencionó que las heladas del año pasado destruyeron gran parte de los cultivos y que las granizadas agravaron la merma. Cuando los productores intentaron recuperarse, se encontraron nuevamente con el contrabando que hizo que los precios cayeran por debajo del costo de producción. De esta manera los horticultores empezaron el 2022 con deudas y con una sequía que amenaza el ciclo agrícola.

“La ola de calor es infernal, pero hay que producir. Como gremio estamos esperando respuesta del ministro de Agricultura (Santiago Bertoni), sobre el pedido de infraestructura, pero mientras estamos trabajando”, dijo González acerca de la necesidad de acceder a mallas de media sombra y otros insumos para que las plantas soporten el clima.

Sobre todo se refirió a la urgente necesidad de tener una política clara para el sector hortícola, con el objetivo de generar las condiciones ideales para la producción, en coincidencia con las demandas que plantea la FNC.

Otros rubros. Desde Ybytymí, el productor Juan Silveira relató su experiencia. El maíz cultivado se perdió prácticamente en su totalidad, el poroto tuvo algo de rendimiento, mientras que los productores de la zona se preparan rotar con la cebolla, otro producto que tuvo impacto en las fincas en los últimos meses a causa de una superproducción y el contrabando.

Hay escasez a nivel regional

La importación de tomate está habilitada, aunque todavía con restricciones. Sin embargo, en Argentina también hay una merma en la producción que repercute en los precios finales.

Los importadores encuentran problemas tanto en la cantidad como en la calidad del tomate extranjero. El argentino cuesta en finca entre G. 90.000 y G. 100.000 cada caja, aunque el costo con los gastos de logística se elevan a unos G. 130.000.

De acuerdo con el comerciante Pedro Villarreal, de la Asociación de Importadores Independientes del Mercado de Abasto Central, estos niveles hacen que el producto se venda por más de G. 140.000 la caja al por mayor. Si bien es un precio elevado, es poco el margen de ganancia para los vendedores.

En el caso de la producción brasileña, el principal obstáculo es la calidad, ya que tiene mayor acidez.

Villarreal no cree que se llegue a un desabastecimiento en Paraguay como consecuencia de la merma en la región, pero advirtió que los precios seguirán altos.

Respecto a la papa, hay inconvenientes para extraer de las parcelas de productores argentinos debido a las intensas lluvias que impiden el ingreso de camiones.

Esto también repercutirá irremediablemente en su cotización, ya que habrá menor oferta en los próximos días, hasta que se normalice el flujo de compra desde el país vecino.