l Sexto Encuentro de la Alianza Latinoamericana Anticontrabando (ALAC), que engloba a 15 países de la región, arrancó ayer en Quito con el foco puesto en combatir el comercio ilícito en un contexto de transformación empresarial por la pandemia de Covid-19.

La convocatoria, de dos días de duración, reúne a empresarios, gobiernos y gremios de la región para analizar las vías de contrarrestar este fenómeno que alcanza los 464.000 millones de dólares anuales del comercio exterior en pérdidas por contrabando, de acuerdo con la OCDE.

La ALAC propugna la difusión de buenas prácticas y la definición de estrategias eficaces para hacer frente al desafío que representa el comercio ilícito de mercancías y una respuesta transnacional.

En los debates que concluyen el jueves intervienen autoridades aduaneras, de la Policía, comercio exterior, salud y expertos internacionales que presentan sus avances en la lucha contra la falsificación marcaria, el contrabando técnico y abierto.

El ex presentante del Congreso de los EEUU Robert Pittenger recordó que “el contrabando impacta en los ingresos de los países y que se debe fortalecer la tecnología para rastrear el comercio ilícito con el software adecuado para lo que consideró clave la cooperación entre aduanas”.

En el último estudio de incidencia global de la OCDE, el comercio internacional de mercancías ilícitas alcanzó los 464.000 millones de dólares en 2019, lo que representa el 2,5% del comercio mundial, con un impacto perjudicial sobre distintos sectores como el textil, de medicamentos, bebidas y alimentos, tabaco, cosméticos, juguetería, electrónica, software y equipamiento médico.

El ministro de Industria, Comercio y mipymes de República Dominicana, Víctor Bisonó Haza, dijo en la cita que su país deja de tributar más de 50 millones de dólares a causa del comercio ilícito de medicamentos, licores, cigarrillos, entre otras industrias.