El mes de octubre se inició con lluvias, regando toda la región de las tres fronteras e interior del departamento del Alto Paraná. Eso permitió que pozos artesianos y de aguas superficiales recuperen volumen. El río Paraná también está ganando más caudal gracias a las precipitaciones registradas en los últimos 10 días. Este cauce, al igual que el río Paraguay, sufre uno de las peores crisis hídricas registradas en décadas. 

Datos de la Dirección de Meteorología e Hidrología señalan que el nivel del río Paraná observa un sostenido crecimiento en los últimos días en la región de las tres fronteras, aunque el cauce aún no recuperó su cota normal.

Actualmente se encuentra con una altura de 11,46 metros en el Puente, según el equipo de medición instalado en el Área Naval, ubicada al costado del Puente de la Amistad. La cifra representa un progresivo aumento de la altura de agua. La paulatina elevación se debe a las frecuentes lluvias registradas en la zona de afluencia del Paraná.

Pese al sostenido crecimiento, el nivel del río Paraná aún se encuentra lejos de su cota normal de 16,25 metros. Esa marca se reportó la última vez en febrero. La navegación por el río Paraná actualmente solo está permitida a embarcaciones pequeñas y medianas, mientras que para las grandes embarcaciones está restringida la circulación desde mayo.

Lo que no se puede negar es que la bajante del Paraná permitió tener una vista única del Puente de la Amistad. Además deja ver una especie de alfombra de piedra de basalto que hace al cauce propiamente. La imponente estructura de 78 metros de altura y una longitud de 552,4 metros esta con las zapatas totalmente fuera del agua. Del paisaje también forman parte algunos cangrejos y peces muertos, que quedaron atrapados entre las rocas.

COLOSO

El río Paraná es considerado el coloso de Sudamérica y décima cuenta del mundo. Este año sufre su peor bajante en más de medio siglo. Hasta el momento es difícil determinar si la causa obedece a un ciclo natural o al cambio climático, con efectos inciertos a largo plazo. En extensión es el segundo detrás del río Amazona. La bajante se viene registrando desde el 2019 y ha tocado marcas mínimas que no se reportan desde 1940.

Ningún experto sabe explicar si recuperará la exuberancia que lo convirtió en una de las principales vías de integración del Mercosur. Con las lluvias que se van registrando y las previstas en diciembre se espera que la situación cambie dráticamente.

Esta situación afectó la navegación mercante, la generación de electricidad, la pesca, la industria turística, la provisión de agua para consumo y riego. Nadie se aventura en señalar si será permanente o pasajero.

Este río está vinculado con las aguas subterráneas del Acuífero Guaraní, una de las mayores reservas de agua dulce del planeta. Nace en Brasil, recibe afluentes del Paraguay y desemboca al Atlántico en Argentina, donde su tramo navegable es vital para las exportaciones del Paraguay y Bolivia, que también no tiene costa al mar.

PROMEDIO

El caudal promedio del Paraná es de 17.000 metros cúbicos por segundo, pero se redujo hasta los 6.200 metros cúbicos por segundo por encima del valor mínimo histórico, que es de 5.800 metros cúbicos registrado en 1944.

A parte de afectar a la navegabilidad, también reduce la reproducción de los peces, debido a que se ven impedidos de desovar en algunas lagunas y riachos ahora desmembrados del curso principal por enorme bancos de arena. Otro dato señala que al estrés que sufre el sistema biótico por la desconexión se agrega el aumento del contenido salino del agua. 

FUENTE: LA CLAVE