Ho’uma hule el funcionario de la Junta Municipal, Máximo Ramón Sosa Fernández, de 33 años, quien mantuvo en vilo a sus vecinos kuéra del barrio Fátima al farrear casi 24 horas en la calle, frente a su casa, con un grupo de amigos. Allí, pasaban escuchando música a todo volumen y consumiendo bebidas alcohólicas. Ayer, se presentó en la Fiscalía, quedó preso y fue imputado aipo por polución sonora y resistencia. Ahora, su suerte depende del juzgado, que puede ordenar su remisión a la cacerolita o concederle medidas alternativas mba’embo.

La investigación del caso -que tuvo amplia repercusiones a través de los medios de comunicación y las redes sociales- está a cargo de ña fiscal Cinthia Leiva, quien no quiso saber nada aipo de las influencias políticas  que el ñato alardea tener, ndajeko.

La repre de la ciudadanía había ordenado desde un primer momento la detención preventiva de karai Máximo, quien cuenta con antecedentes penales.

El tipo con la intención de zafar el calabozo se presentó ayer a la mañana a la unidad fiscal número 2, acompañado de su abogado, seguramente pensando que saldría de inmediato en libertad, ya que por casos así generalmente se conceden medidas.

Pero ña fiscal Leiva le dijo none, lo imputó por polución sonora y resistencia y ordenó su remisión a la Dirección de Policía de Alto Paraná, donde quedó a cargo de los voláis.  Al mismo tiempo, avei comunicó el inicio del proceso al Juzgado Penal de Garantías, que deberá fijar la fecha para ser oído y la imposición aipo de medidas.

Según los antecedentes del caso, el domingo pasado, el tatácho y varios amigos estaban ingiriendo bebidas alcohólicas y escuchando música a todo trapo en una caja de sonido instalada en la carrocería de su camioneta, Hyundai Santa Fe, de color gris, con matrícula CCZ 194, frente a su domicilio, ubicado en la calle Trifón Benítez del barrio Fátima de Ciudad del Este.

La parranda habría comenzado el sábado a noche y prosiguió hasta cerca del mediodía del domingo voi, impidiendo inclusive la realización una actividad religiosa en una iglesia ubicada en las inmediaciones del lugar.

Los vecinos lalaron en grande ante los polis, quienes se fueron dos veces a bichear el lugar, tratando de persuadir a Sosa Fernández, pero éste se mostró sumamente prepotente, advirtió a los polis que seguirá farreando, que es funcionario de la Juna Municipal, y que no tiene miedo de nadie. Incluso, tuvo el tupé de amenazar que mandaría a trasladar a todos los voláis que fueron a intervenir.

Al principio, los polis se retiraron del lugar, pero más tarde regresaron en mayor número tras una nueva denuncia realizada a través de la línea telefónica. Upepe ya vinieron también la gente de la Fiscalía. Al ver esto, el borrachín ombovu kamisa lómo en su camioneta, generándose una persecución nde’ava.

Luego de un buen tiempo, el arriero ñembo loco regresó a su casa, estacionó su vehículo en la calle, que cerró bajo llave, y entró a la corrida a su casa, donde se ocultó. Los intervinientes llevaron su vehículo y la fiscal Cinthia Leiva ordenó su detención, que se dio cumplimiento ayer.

Sosa Fernández registra antecedentes penales por violencia familiar y lesión grave. Incluso, por este último caso tiene una condena de 4 años de prisión, dictada el año pasado, y que está pendiente aipo de resolución en la Cámara de Apelaciones.

LA CLAVE