Las últimas lluvias cortaron la tendencia negativa en los cultivos de soja, que estaban sufriendo un estrés hídrico. Sin embargo, faltan más precipitaciones en enero para mantener el optimismo.

En la costa del río Paraná, las plantas muestran un mejor desempeño, a diferencia de las superficies arenosas de otras zonas. Asimismo, entre los cultivos más afectados por la falta de humedad están los que se sembraron en forma temprana.

Los agricultores realizaron ayer un sobrevuelo para observar los sojales, los cuales mostraban muy buena apariencia, aunque las verificaciones contemplaron además un recorrido terrestre para analizar más de cerca el comportamiento de las plantas.

“Las últimas lluvias fueron salvadoras en el sentido de que paró la tendencia que era a aumentar las pérdidas por falta de humedad en los suelos. Fueron muy oportunas, debido a que cambió el panorama y el ánimo de la gente en el campo”, dijo al respecto el presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), Héctor Cristaldo.

Explicó que no se registraron muchas plantaciones amarillentas, que son las que llegaron a la etapa de maduración para su cosecha y que también fueron las más afectadas por la falta de lluvia en pleno periodo de carga de granos.

Son los cultivos tempraneros que se sembraron hasta el 10 de setiembre aproximadamente. En cambio, los de medio ciclo y el tardío muestran condiciones más positivas, especialmente en la costa del Paraná, que contempla principalmente los departamentos de Alto Paraná e Itapúa, que a su vez concentran la mayor superficie de soja en el país.

En cambio, en las zonas de Canindeyú, Caaguazú y San Pedro, los suelos arenosos mantienen por menos tiempo la humedad y vuelven más vulnerables las plantas.

Sobre las perspectivas de cosechar, Cristaldo comentó que aún es muy difícil determinar, aunque algunos sectores hablan de nueve millones de toneladas de granos.

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