Las fábricas están quedando sin soja para procesar debido a una merma en la producción y porque el Gobierno aún no facilita la importación de materia prima para evitar que las actividades se paralicen. 

El tiempo para importar soja para su molienda en el país se agota y es inminente que no habrá una disponibilidad significativa para la fabricación de aceites y harina. Casi 9.000 empleos directos e indirectos están en riesgo en este sector, que estima una caída de sus actividades en un 50% para el cierre del año.

Por el momento se registra menos contratación de servicios vinculados a la agroindustria, como el caso del transporte de granos hacia las fábricas y de productos industrializados hacia los puertos. En total 2.200 empleos directos y 6.600 indirectos dependen de las operaciones de la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro). “Se recurre a suspender en primer lugar los contratos con terceros, y cubrir temporalmente sus servicios con personal de las industrias; es decir, se reasignan funciones temporalmente”, detalló la gerente del gremio, Sandra Noguera, acerca de las medidas que se están adoptando para evitar la suspensión de contratos laborales. Si esta situación persiste, las actividades podrían parar desde agosto.

Merma. El desplome de la producción de soja en casi 70% golpeó fuertemente a las fábricas, que desde enero hacen gestiones para importar los granos y evitar el paro de las plantas, pero hasta ahora los pocos avances no logran facilitar la provisión de materia prima. Este año es probable que el procesamiento de oleaginosas llegue a alrededor de 1,5 millones de toneladas, apenas la mitad de las 3,19 millones de toneladas que en promedio se transforman anualmente.

Aunque en mayo pasado se publicó el Decreto 7051 que establece el régimen especial de importación de oleaginosas, no está claro el artículo 12 por el cual se disponen exoneraciones de tasas por servicios prestados por el Estado en este proceso, de manera a apoyar la continuidad de la molienda ante un mercado que mantiene muy alto el precio de los commodities y resta competitividad en su transformación como valor agregado.

El Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas es una de las instituciones alcanzadas por el pedido de la Cappro. Ante la consulta de ÚH sobre el estado de los trámites, el director de Administración y Finanzas, Rodrigo Núñez, adelantó que el ente decidió exonerar hasta en un 70% las tasas de inspección y otros servicios, al mismo tiempo de otorgar algunas flexibilidades con la Acreditación Fitosanitaria de Importación. Sin embargo, la resolución aún no llegó a la industria, que por su parte considera que la exoneración debería ser total.

En cuanto a las tasas vigentes en la Administración Nacional de Navegación y Puertos, el gerente de Operaciones, José Maciel, dijo que se necesita más información para analizar qué facilidades se pueden otorgar, entre ellas exoneraciones del 50% o alianzas operativas que permitan un ahorro a las plantas.

Provisión. Como la merma de producción es a nivel regional, hay mucha competencia para la compra, los precios están altos y casi no queda tiempo parar cerrar negocios.

8.800 empleos directos e indirectos dependen de plantas asociadas a la Cappro y pueden sufrir el golpe del paro.

3,19 millones de toneladas de oleaginosas se procesan anualmente en promedio. Se estima una baja del 50%.

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