VIRUS Y DESCUIDO.  Aumenta la demanda de los pacientes que requieren de marcapasos.

Los pacientes cardiovasculares se encuentran entre los afectados con severidad en el pos-Covid por el paso del virus y también por el abandono de sus tratamientos en tiempos de pandemia. Entre los síntomas de alarma para una rápida consulta se encuentra la disnea (falta de aire), dolor y/o opresión en el pecho.

El Dr. Víctor Rojas Rodríguez de la Sociedad Paraguaya de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, señala que tras cuadros por Sars-Cov-2 las personas presentan afecciones asociadas al virus que genera a su paso alteraciones en el tejido muscular del corazón y los vasos sanguíneos. “El Sars-Cov-2 tiene un trofismo particular por el tejido miocárdico, e incluso actualmente hay evidencia de afección del endotelio (tejido que recubre los vasos sanguíneos arteriales y venosos)”, explica.

Así como otras secuelas, las complicaciones persisten hasta meses después del alta del paciente y muchas están asociadas a la estadía prolongada en internación debido específicamente al Covid y pueden generar diversas afecciones, principalmente relacionados a respuestas inflamatorias por el paso del virus pandémico, menciona el profesional.

Entre las secuelas que generan las internaciones por el virus, Rojas, cita a la Pericarditis, una inflamación del tejido que envuelve al corazón, esta secuela requiere un tratamiento, que señala que “la mayor parte se resuelve con analgésicos y antiinflamatorios“.

Además se observaron casos de Miocarditis; inflamación del músculo cardiaco, desde un espectro leve a grave, para este cuadro se requiere una evaluación con control y el tratamiento es en función a la evolución del paciente.

En tanto, entre las consecuencias más severas se encuentra el infarto agudo de miocardio, que consiste en la obstrucción parcial o total de una de las arterias, al respecto Rojas señala que esta requiere la intervención para la desobstrucción de la arteria ocluida del paciente.

Y finalmente se encuentra la Insuficiencia cardiaca, que genera que el corazón sea incapaz de abastecer las demandas del organismo. “Esto puede suceder por cualquiera de las situaciones precedentes, el tratamiento es complejo”, subraya Rojas, entre ellas la respuesta inflamatoria sistemática ante la infección. También se asocia a la presión pulmonar alta que pueda surgir por el daño del pulmón y debido a los medicamentos empleados para contrarrestar al virus durante el tratamiento, principalmente en cuadros graves.

En todos los casos una persona que haya pasado por una infección por coronavirus debe acudir a una consulta cardiológica para evaluar el funcionamiento del corazón y el daño que se pudo haber generado. Poniendo énfasis en las personas en tratamiento cardiológico o con antecedentes de episodios cardiacos, para los que se recomienda elegir una vida saludable con alimentación adecuada y actividad física permitida según su condición.

Descuido y estrés

Paralelamente a la pandemia por coronavirus, los pacientes cardiacos libran otra batalla contra el estrés debido al descuido. La Dibén informó que con los descensos de casos se incrementaron las solicitudes por afecciones cardiacas, llegando a 50 marcapasos por mes. Mientras a nivel mundial se registra un incremento de casos de Síndrome de corazón roto, cuadro que aparece con síntomas similares a un ataque cardiaco pero que no alteran las arterias coronarias y son transitorios, estos episodios se asocian al estrés y en estudios de la Clínica de Cleveland (EEUU) con la pandemia en el 2020, subió a una incidencia del 7,8%.

Cuidados para un corazón sano
Entre las recomendaciones del Ministerio de Salud, para cuidar de la salud cardiovascular se deben tomar hábitos saludables, entre evitar el consumo de grasas de origen animal, frituras, lácteos enteros y en contrapartida aumentar la ingesta de frutas, verduras y pescado. Se recomienda el ejercicio físico de al menos media hora al día. Limitar el consumo de sustancias perjudiciales como la sal, el tabaco o el alcohol. Realizar controles de colesterol. También de peso, ya que la obesidad es un factor que predispone a la hipertensión arterial, la diabetes y las complicaciones cardiovasculares. Al respecto además se debe controlar el perímetro de la cintura abdominal.
Entre los síntomas de alarma se encuentran dolor en el pecho en el medio o al costado izquierdo que aparece con el esfuerzo o en reposo acompañado de sensación de ahogo, palpitaciones con falta de aire, pérdida búsqueda de conocimiento e hinchazón de piernas, entre otros.