Una “guerra” entre potentados empresarios de origen árabe que operan en CDE con actividades ilegales, como lavado de activos, evasión impositiva, contrabando y otros, está revelando la situación que enfrenta a los dueños de Roma Informática, los hermanos Gassan e Imad Abboud, y el empresario Kassem Mohamad Hijazi, detenido en agosto del año pasado y con pedido de extradición a EE.UU. Fuentes fidedignas aseguran que las actividades ilícitas de los mencionados están respaldadas y protegidas por policías y fiscales, quienes sirven obsecuentemente a los oscuros propósitos de los mencionados y otros integrantes de este tipo de esquemas del crimen organizado, que tiene tentáculos en China, Brasil y otras naciones.

Ciudad del Este se convirtió en plaza de hostilidad entre facciones de árabes antagonistas, que compiten entre sí por el liderazgo en cuanto a lavado de activos, contrabando, evasión de impuestos y otros delitos, que les ayudaron a convertirse en verdaderos potentados. De un lado están los hermanos Gassan e Imad Abboud, dueños de Roma Informática, considerado uno de los principales centros de importación de contrabando, mercadería subvalorada y lavado de dinero en la triple frontera.

En Paraguay, los hermanos Abboud, supuestamente, están siendo investigados por los presuntos delitos penales de contrabando de electrónicos, asociación criminal, evasión de impuestos y lavado de activos (se habla de millones de dólares en transacciones ilegales). Sin embargo, ello se trataría apenas de un “cháke” para sacarles dinero, tanto de parte de fiscales como de agentes corruptos de la Policía Nacional, quienes igualmente sacan tajada de la situación.

Uno de los principales modus operandi de los acusados es el masivo ingreso de teléfonos celulares de alta gama, computadoras portátiles y otros electrónicos, a valores muy por debajo del mercado. Estos productos ingresan a territorio nacional en aviones cargueros, provenientes en su mayoría de la República Popular de China, indicaron las fuentes. La importación de las mercaderías se hace de contrabando o “en frío”, luego el dinero es blanqueado para su remisión final al Brasil, señalaron los informantes.

PRESO, PERO AÚN CON INFLUENCIAS

El que desde el 25 de agosto del año pasado está privado de su libertad es el empresario brasileño de origen libanés Kassem Mohamad Hijazi. El mismo fue capturado en CDE y derivado a la capital del país, en donde aguarda su extradición a los EE.UU., situación que busca evitar a cualquier costo. Desde la prisión, el mismo incluso sigue orquestando campañas mediáticas contra sus adversarios en el crimen organizado, sostienen fuentes de la comunidad libanesa.

Hijazi habría sido arrestado gracias a información proporcionada por los hermanos Abboud, quienes habían sido detenidos en 2020 en Estados Unidos, pero a cambio de una “delación premiada” los mismos quedaron en libertad. Habrían revelado entretelones de las actividades de Hijazi, quien en ese momento lideraba una red de lavado de dinero en la triple frontera.

De acuerdo al Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, en su papel de despachante Kassem Hijazi utilizaba empresas de importación y exportación para mover mercaderías del país del Norte a través de puertos en Paraguay y venderlos en el país. Las ganancias, luego eran trasladadas a través de casas de cambio y bancos en Ciudad del Este a Estados Unidos, China y Hong Kong, entre otras ciudades del mundo. Según la pesquisa, Kassem movía ingresos ilícitos por todo el mundo mediante una red de empresas de fachada y de relaciones comerciales en América del Norte, América del Sur, Europa, Oriente Medio y China.

Todos estos datos los manejan tanto el Ministerio Público como la Policía Nacional, sin embargo, no existen actualmente carpetas abiertas o imputaciones, apenas amenazas, aprietes y “cháke”, para el caso de que los empresarios afectados no paguen las coimas exigidas, alegaron los informantes.

LA CLAVE