Suman y siguen los casos de estafas en el microcentro de Ciudad del Este, cometidos por delincuentes disfrazados de “comerciantes”. Desde la oficina municipal de Defensa del Consumidor y del Usuario señalan que es preocupante el aumento de la cantidad de turistas que acuden a la Comuna para el resarcimiento en casos de compras que se hacen sin la debida conformidad, tras la entrega de mercadería por los comercios. Lo más repudiable de la situación es el silencio cómplice del Ministerio Público, que se limita a propiciar “arreglos” entre estafadores y estafados, pero sin mayores consecuencias para timadores que convirtieron al fraude en un modus operandi.

De acuerdo con los datos, uno de los casos más recientes se registró el sábado 20 de agosto, cuando agentes de la asesoría y fiscalización de la oficina de Defensa del Consumidor y del Usuario acompañaron a un grupo de turistas argentinos que realizaron una compra por G. 8.197.000 en la tienda “Xiaomi”, ubicada sobre Regimiento Piribebuy c/ Adrián Jara. Estos denunciaron que no recibieron los teléfonos celulares que supuestamente habían adquirido, exhibiendo la factura abonada.

Con el acompañamiento y la intermediación de la oficina municipal de Defensa del Consumidor y del Usuario se logró la devolución del dinero a la turista afectada y de la mercadería al comercio mencionado. Los funcionarios municipales acompañaron luego a los denunciantes hasta el lugar donde se hospedaban por pedido de los mismos, ya que estos temían represalias de parte de los dueños de la tienda.

Este no es el primer caso que afecta a la tienda “Xiaomi”, especializada en embaucar principalmente a turistas brasileños y argentinos que vienen de lejos. El modus operandi siempre es el mismo: vender teléfonos celulares en donde solo la carcasa es nueva, sin embargo se trata de aparatos usados, reacondicionados, falsificados o con defectos de fábrica, es decir, inservibles. A su favor, estos estafadores profesionales tienen el hecho de que el 90% de los estafados ya no regresan para formular sus reclamos, ya que generalmente retornan a sus países de origen y recién se percatan que fueron embaucados al desempacar la mercadería. Entre perder tiempo y dinero para volver hasta CDE para hacer reclamos, la mayoría opta por dejar las cosas como están.

El mismo día se tuvo conocimiento de otro caso de estafa, denunciado por un turista brasileño. Según explicó, empleados del local denominado Sky Net de la galería Jebai Center, le vendieron 40 receptores, por un valor de 600 dólares, pero al llegar a su país se percató que ninguno funcionaba. Al regresar para reclamar la situación, el encargado del comercio se negó a devolverle el dinero, o cambiarle los productos.

El hecho fue comunicado al funcionario de la unidad penal nº 6, Osmar Vallejos, asistente del fiscal Edgar Torales, quien dispuso que el denunciante sea acompañado hasta el negocio, en donde el personal policial y la víctima fueron recibidos por Youssef Abedal Amir Atwi, quien ofreció cambiar solamente 10 unidades de receptor por semana, hasta completar los 40; sin embargo, el denunciante manifestó que no estaba conforme, ya que solamente había ingresado en el país para cambiar los productos, y le resultaría quedar por demasiado tiempo. Ante ello, se retiró del local comercial sin llegar a un acuerdo. Se labró acta de procedimiento y el caso, hasta el momento no tuvo solución.

Es de conocimiento público que estos comerciantes estafadores conforman una verdadera asociación ilícita para delinquir, que cuenta con la complicidad de supuestos guías de turismo (vulgo pirañitas), agentes policiales e incluso el Ministerio Público, que generalmente no interviene y si lo hace, solo busca “mediar” entre las partes, pero sin consecuencias legales para los estafadores.

Circulan fuertes rumores de que el agente fiscal Edgar Modesto Torales, encargado precisamente de los casos de estafa en el microcentro, sería parte del esquema para encubrir a estos comerciantes bandidos, que ahuyentan a los turistas y dejan una imagen malísima del comercio de la capital departamental. Torales se limita a meros procedimientos “paliativos”, conformándose con un arreglo entre las partes (es decir, devolución del dinero al denunciante), con lo que cierra el caso.

Abogados consultados sobre el tema comentaron que, si bien el delito de estafa tiene una expectativa de pena menor a cinco años, cuando existe reincidencia, como en este caso, por ejemplo, el Ministerio Público tiene la obligación de imputar a los responsables. Sin embargo, los fiscales prefieren hacer la vista gorda, evitando el procesamiento de estos estafadores consuetudinarios, quienes siguen haciendo víctimas diariamente, perjudicando la imagen de la ciudad y arruinando todo esfuerzo por mejorar el alicaído movimiento comercial en el microcentro.

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