La recolección de datos se hará el 9 de noviembre. Ese día   no estará permitida la circulación desde las 05:00 hasta las 18:00. Los más de 210 mil censistas estarán bien identificados, aseguran.

La gran pregunta. Con más de 220.000 personas trabajando, el Censo Nacional de Población y Vivienda paralizará al país el 9 de noviembre.

El trabajo de recolectar los datos estadísticos involucrará a más de 210.000 personas que estarán bien identificadas, ya que portarán una credencial más su cédula, aseguran desde el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

Todas las actividades, salvo las esenciales, se paralizarán desde las 05:00 hasta las 18:00. En el interior del país el trabajo se extenderá más tiempo, en cinco días distribuidos en dos semanas. Se estima cubrir un universo de casi 7.500.000 personas.

El censo permite conocer el nivel de cumplimiento de los derechos constitucionales de las personas, explica Iván Ojeda, director del INE. Entre otras utilidades, con la consulta del 9 de noviembre, se tendrá una fotografía de cómo ha quedado el país en la pandemia. “Es un momento clave e histórico del país porque no existe otro medio que tenga el Estado paraguayo para conocer a un nivel de desagregación mínima, qué nos dejó la pandemia del Covid-19 en lo social, económico, demográfico y en lo político”, puntualiza Ojeda.

Indagaciones. Son varios los ítems que abarcará el Censo Nacional de Población y Vivienda. Con 65 preguntas será un mapeo de las necesidades básicas insatisfechas en los hogares paraguayos.

Una de las preguntas tiene que ver con el grado de instrucción académica de la población. “La pobreza está muy relacionada al nivel socioeducativo. Cuanto uno más se educa, más se aleja de esa posibilidad”, según dice el director del INE.

El tipo de material utilizado en el techo de la vivienda será otra de las preguntas. El director del INE explica que además se conocerá el nivel socioeconómico de la zona.

Esta pregunta también permitirá tener los datos sobre el déficit habitacional cuantitativo y cualitativo en el país. Otro dato a ser recabado tiene que ver con la migración interna y externa durante los últimos cinco años.

Por un lado, permitirá conocer el flujo migratorio. Permitirá también conocer los distritos más expulsores de la población, los que se están quedando sin habitantes. Además, se conocerá cuáles son las zonas que crecen a un ritmo más vertiginoso. Esto implica la necesidad de mayor cantidad de servicios.

Al analizar el movimiento migratorio de quienes retornan del exterior, se sabrá si con la pandemia volvieron más personas. “Estimar exactamente ese movimiento será un insumo para las políticas públicas”, puntualiza.

La cantidad de aparatos de aire acondicionado en un hogar será otra de las preguntas. Esto despierta cierta indignación en una parte de la población.

Ojeda aclara que no se trata solo de dicho aparato. El ítem busca conocer el equipamiento con el que cuenta el hogar. Las repuestas arrojarán las variables. A través de estas consultas se pueden estratificar las zonas del país con mayores necesidades básicas insatisfechas.

DATOS. En el caso de las poblaciones indígenas, los censistas y supervisores serán habitantes de estos pueblos. “Toda la información recabada es confidencial. Eso está avalado con la Ley 6670 que establece que bajo ningún sentido se debe difundir la identidad de la persona que nos brinda la información”.

Ojeda agrega que la consulta masiva representa una gran oportunidad, tanto para universitarios como docentes. Al participar del censo podrán acreditarse horas en extensión universitaria y capacitación, respectivamente.

El director del INE estima que los censistas se demorarán como máximo 40 minutos en realizar su trabajo en cada hogar que visitarán.

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